martes, 12 de abril de 2011

La fucking pega...

Ayer fue de esos días que quiero dejar en el olvido. Menos mal que no tiene nada que ver con novio esta vez, si no con el otro tema que me tiene en ascuas todo el tiempo, el trabajo. Llevo un poco más de un año acá y la vida se me ha transformado en una queja constante con respecto a el, a sus trabajadores y a sus personajes especiales dentro de ella, quienes de especiales no tienen nada, pero son los intocables del jefe, lo que los transforma en personas (nuevamente) especiales. ¿Por qué? Por que nunca se les conoce, y hablo del área gerencial, las quejas, ni los errores, ni los roces que existen o han existido con compañeros de trabajo.

Hay una, sí es mina, y de verdad que me tiene hinchada las bolas que no tengo.
Es la mina más tonta que conozco y lamentablemente, siempre hay una como ella en cada empresa. Esa que a pesar de todos los errores y condoros que se haya mandado, sigue en buenos puestos y cubierta por uno que otro jefe del departamento. Bueno, en este caso ella está cubierta por su supervisora, la Program Manager y el Gerente de Operaciones y no tengo idea del por qué tiene todas esas “fianzas”, por que de verdad la mina es una estólida crónica.
En dos ocasiones dentro de una misma semana, a intentado culparme por errores de su parte… lo divertido? Es que le arreglan los errores y aquí no ha pasado nada… así de simple. ¿Lo malo? Es que se rumorea que la empresa perderá una de las cuentas que entregan más porcentaje de ventas por los errores que ella a cometido.

En mi puesto de trabajo, me predispongo a crear el terrible Mapa estratégico del departamento, a petición de uno de los jefes más bacanes que hay acá… lamentablemente no tiene nada que ver con mi área de trabajo. Principalmente el Mapa se le fue ordenado a hacer a mi “supervisor” pero el comentario con respecto a hacerlo fue algo reproducible sólo en mi cabeza, así que lo haré yo y me ganaré unos puntitos, a ver si algo pasa.

Me desesperan las miles de modificaciones que se hacen al trabajo ya realizado… Sin más, hoy he tenido que enviar 4 veces una carta a un hotel por las modificaciones que han hecho para un fucking reserva, mísera reserva. Pero bueno, cuanto hasta 10… 20… o hasta que el aire vuelva a mis pulmones y me permita asentarme en mi alma Zen.

Cachos, cachos y más cachos… no entiendo por qué el trabajo no resulta fluido en esta empresa, realmente no lo comprendo. No me cabe en la cabeza el que una empresa no tenga políticas duras con respecto a los contratos con las empresas.
Casualmente hemos recibido hasta 10 modificaciones a un servicio y no existe algún tipo de multa con respecto a ellas. No hay comisiones, sólo las vendedoras. Si algo llega, es por detrás, nada legal. No me gusta, en el buen chileno “está mal pelado el chancho”. Por que además, llega un bono anual por cumplimiento de ventas… y sólo Moya sabe que pasa con ese bono, según los rumores (Y con el tiempo aprendí a creerles dentro de esta empresa) dicen que llega sólo al gerente general y estamos hablando de millones de pesos y no una cifra de 7 ceros si no que de 8, insólito que no se le reparta una parte a los trabajadores, mal que mal somos los que realizamos todas las transacciones y no sobrepasamos la cota de 200 personas.

No sé que más pensar de esta empresa, grande muy grande en el mundo del área turística, pero desagradablemente pequeña en el alma de sus trabajadores…

martes, 5 de abril de 2011

Vergüenza

¿Qué pasa cuando enfrentas tus miedos? ¿Qué sucede cuando confiesas algo?
Me atreví y confesé un mal actuar, resultado: comprensión de parte de aquel que fue herido. Situación que me provocó una terrible verguenza y me llevó a procesar el terrible lagrimón, el que me duró por lo menos un par de horas.

Sí, estoy más tranquila... aunque aún existe el miedo, ese maldito miedo a que me engañen nuevamente, a sentir que puede llegar alguien y volver a llevarse aquello que por momentos es mío, aquello que amo con todo el corazón, volver a sufrir pero esta vez acompañada de mi amado hijo, el que está tan feliz como yo con él.

No quiero volver a llorar o por lo menos no por aquella sensación que me llenó el pasado fin de semana... Quiero reír, estár tranquila y con ellos dos...

Quiero en algún momento dejar de pensar pavadas y amarlo como corresponde.
Espero que las siguientes terapias den mejores resultados, por lo menos tengo trabajo que hacer...