Dentro de todas aquellas cosas que me molestan de mí como persona es la desconfianza infinita que tengo con todos, incluido novio, quien ha tenido que pagar el pato un par de veces por culpa de ella.
Muchas veces hemos conversado al respecto, pero pocas como la del día sábado, donde aparecieron los problemas reales que existen en nuestra relación y en nuestras vidas.
Entre de sollozos eternos y abrazos muy apretados, logramos abrir nuestros corazones como nunca, nos dijimos verdades que en el momento y con la rabia que una puede sentir hieren, pero con la cabeza más tranquila y fría, logras dar con los escabrosos detalles del por qué pasan y quizás un atisbo de cómo solucionarlos.
Queremos más que nada en el mundo estar juntos y como siempre decimos: “nadie dijo que sería fácil”.
Yo estoy poniendo todo de mí para solucionar junto a la sicóloga mis atados personales, que no pasan para nada por aquellas relaciones amorosas tortuosas que he tenido, si no que por eventos fuertes de mi vida que me marcaron a fuego la piel.
Quiero más que todo, tenerlo a mi lado y hacerlo feliz, quiero enseñarle a como abrir su corazón frente a aquellos problemas, también externos a la relación, que coartan aquella personalidad maravillosa que me enamoró hasta el páncreas desde un comienzo. Es una persona maravillosa, pero como cualquier flor que oculta su belleza por miedo a que las abejas roben todo aquel manjar que existe en su increíble ser, cierra sus hojas para mantener todo allí, adentro, sin ser tocado y sin ser dañado. Quiero que aprenda que al abrir sus pétalos recibirá tanto como lo que entregará, incluso más. Que crecerá sano y sin ataduras que le impidan ser libre.
Me da pena, igual yo he intentado un montón de cosas para mantenerlo libre, pero tiene una reacción contraria a lo que yo quería… al dejarlo y acoplarme a sus ideas, creé un maravilloso “comodity personal”. Es feliz sin que nadie le diga las cosas y eso me crea un problema… Yo no quiero que las cosas se pasen por alto, yo no quiero que las cosas no se hablen, yo no quiero hacer como que no veo lo que pasa, y tampoco hacer como que no siento los malos ratos.
Quiero poder decirle todo sin miedo a las represalias varias, que sé que no son con mala intención, como por ejemplo ocultar cambios o no contarme algo por el miedo a que me enoje. No me molesta que salga, no me molesta que su mejor amiga sea un antiguo amor, por que mi mejor amigo es un antiguo (y no tanto tampoco) amor, de hecho ¡pololeamos! Me molesta que crea que me va a molestar… otra cosa es que me incomode, lo que a él también le pasa con Canito de mi Core.
He hecho cosas de las que me arrepiento el día de hoy y no sé por qué aquellos malos actos me han llevado a descubrir escabrosos detalles, el que busca siempre encuentra dicen por ahí…
Pero que será mejor… No buscar y darle con el “Ojos que no ven, corazón que no siente”??? O sigo con “El que busca encuentra, y encuentra de todo!!”
Muchas veces hemos conversado al respecto, pero pocas como la del día sábado, donde aparecieron los problemas reales que existen en nuestra relación y en nuestras vidas.
Entre de sollozos eternos y abrazos muy apretados, logramos abrir nuestros corazones como nunca, nos dijimos verdades que en el momento y con la rabia que una puede sentir hieren, pero con la cabeza más tranquila y fría, logras dar con los escabrosos detalles del por qué pasan y quizás un atisbo de cómo solucionarlos.
Queremos más que nada en el mundo estar juntos y como siempre decimos: “nadie dijo que sería fácil”.
Yo estoy poniendo todo de mí para solucionar junto a la sicóloga mis atados personales, que no pasan para nada por aquellas relaciones amorosas tortuosas que he tenido, si no que por eventos fuertes de mi vida que me marcaron a fuego la piel.
Quiero más que todo, tenerlo a mi lado y hacerlo feliz, quiero enseñarle a como abrir su corazón frente a aquellos problemas, también externos a la relación, que coartan aquella personalidad maravillosa que me enamoró hasta el páncreas desde un comienzo. Es una persona maravillosa, pero como cualquier flor que oculta su belleza por miedo a que las abejas roben todo aquel manjar que existe en su increíble ser, cierra sus hojas para mantener todo allí, adentro, sin ser tocado y sin ser dañado. Quiero que aprenda que al abrir sus pétalos recibirá tanto como lo que entregará, incluso más. Que crecerá sano y sin ataduras que le impidan ser libre.
Me da pena, igual yo he intentado un montón de cosas para mantenerlo libre, pero tiene una reacción contraria a lo que yo quería… al dejarlo y acoplarme a sus ideas, creé un maravilloso “comodity personal”. Es feliz sin que nadie le diga las cosas y eso me crea un problema… Yo no quiero que las cosas se pasen por alto, yo no quiero que las cosas no se hablen, yo no quiero hacer como que no veo lo que pasa, y tampoco hacer como que no siento los malos ratos.
Quiero poder decirle todo sin miedo a las represalias varias, que sé que no son con mala intención, como por ejemplo ocultar cambios o no contarme algo por el miedo a que me enoje. No me molesta que salga, no me molesta que su mejor amiga sea un antiguo amor, por que mi mejor amigo es un antiguo (y no tanto tampoco) amor, de hecho ¡pololeamos! Me molesta que crea que me va a molestar… otra cosa es que me incomode, lo que a él también le pasa con Canito de mi Core.
He hecho cosas de las que me arrepiento el día de hoy y no sé por qué aquellos malos actos me han llevado a descubrir escabrosos detalles, el que busca siempre encuentra dicen por ahí…
Pero que será mejor… No buscar y darle con el “Ojos que no ven, corazón que no siente”??? O sigo con “El que busca encuentra, y encuentra de todo!!”